lunes, 23 de noviembre de 2015

¿Sabes que las habilidades adquiridas haciendo voluntariado aumentan tu empleabilidad?

Mucho hemos escuchado hablar acerca de las habilidades que se adquieren haciendo voluntariado, pero… ¿Qué habilidades son? ¿Y cuáles son las que hacen referencia a las perspectivas de empleabilidad que tiene la persona que las adquiere? Un estudio realizado por la organización británica Demos nos da la respuesta.
El informe asegura que los empleadores deberían reconocer el beneficio que el voluntariado supone para los empleados, y para las personas que participan en sus procesos de selección. Nos revela qué habilidades se adquieren en un voluntariado y, cómo son valoradas por las empresas.
En el estudio se comprueba que el 61% de los empleados encuestados, aseguró que su participación en un programa de voluntariado mejoró el desempeño de su papel habitual. El beneficio más común fue el de la mejora en las habilidades de comunicación (66%), seguido de la negociación (un 45%), el trabajo en equipo (un 43%) y las habilidades de liderazgo (un 41%).
Cabe destacar, que los empleadores del siglo XXI ponen un mayor énfasis en el “carácter” y en la adquisición de “habilidades de  empleabilidad” que son las que nos hacen más competitivos ante un proceso de selección.
¿Qué habilidades son las que mejoran nuestras perspectivas de empleo?
Las principales habilidades que se adquieren un programa de voluntariado o se ven potenciadas por él son: capacidad de trabajar en equipo, compromiso, gestión de múltiples tareas, comunicarse bien con los demás, mostrar confianza en sí mismo, y tener iniciativa. Lo que no siempre se aprende en el colegio ni en la universidad.
El estudio concluye que participar en un programa de voluntariado dota a la persona de una serie de habilidades, oportunidades y redes que mejora las perspectivas futuras de trabajo.
Las experiencias de voluntariado, también en tu CV
De acuerdo al informe analizado, además de las notas y las habilidades específicas, en el actual mercado de trabajo, a los jóvenes se les solicita dos tipos de experiencias previas: laboral (lo cual es en muchos casos difícil de conseguir) y la experiencia obtenida de actividades más informales en las que la persona trabaja con otros para lograr un objetivo común, el tipo de actividad que se ofrece en un voluntariado.
Asimismo se afirma que los candidatos a un puesto de trabajo que tienen experiencia en voluntariado se muestran más motivados que los que no la tienen.
El estudio plantea un reto fundamental a la hora de dar cuenta de las habilidades adquiridas haciendo voluntariado. Son las organizaciones no lucrativas las que, actualmente, tienen el reto de desarrollar sistemas que acrediten formalmente los conocimientos obtenidos por las personas voluntarias.
Para concluir, no debemos perder de vista que hacer voluntariado nos permite cambiar nuestro entorno o colaborar con la causa que nos interesa, mientras adquirimos conocimiento y, siempre recibimos más de lo que damos. 


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