Suele pasar desapercibido, lo naturalizamos como algo normal, inocuo, que no causa ningún efecto.
Lo cierto es que esta forma invisivilizada de machismo lo que hace es perpetuar y profundizar las desigualdades de género.
Vivimos el micromachismo todo el tiempo, en todos lados: en la calle, en el trabajo, en la escuela, con nuestras amistades, familiares y hasta en nuestro propio hogar.
El micromachismo, al igual que toda forma de violencia de género,
no es algo propio solamente de los hombres ni de todos los hombres. Son
actitudes y pensamientos tan naturalizados en la sociedad que a veces
surgen, incluso, desde las propias mujeres.
Son cientos, miles, las formas en que el machismo se expresa en
nuestra vida cotidiana. Hoy aquí queremos destacar solo algunas de las formas más sutiles de machismo que suelen pasar desapercibidas.